La infancia de Ronaldinho, como la de muchos niños brasileños, nunca fue fácil. A su casa no llegaba todo el dinero necesario y su padre murió ahogado en una piscina cuando el pequeño Ronaldo apenas empezaba a tener uso de razón. Le prometió que sería el mejor del mundo, y siempre encontró apoyo en su progenitor. Tras la tragedia a la que se vio sacudida la familia con la inesperada muerte de Joao, Ronaldinho se empecinó en ser futbolista y dedicar toda su vida al deporte que su padre tanto amaba.
Su primera oportunidad como futbolista profesional brotó cuando comenzó a ser legalmente un adulto. Se la brindó el Gremio de Porto Alegre, el equipo de su ciudad, el de su vida. Un año antes de esto ya había sido campeón del mundo con la canarinha sub-17. Logró 13 goles en los tres años que militó en las filas del club brasileño, y se certificó como una de las mayores promesas del fútbol mundial. El París Saint-Germain fue el que lo trajo a Europa, donde se encontraría plenamente como futbolista. Sin embargo, el equipo de la capital francesa se quedaba pequeño en comparación a la inmensa calidad del Gaúcho. Entonces, el nuevo presidente del Barça Joan Laporta trajo a Ronaldinho a España después de que fuese el Real Madrid el que se hiciese con los servicios de David Beckham. Con 23 años, el Gaúcho pisaba la ciudad condal después de haberse proclamado campeón del mundo en el mundial de Corea y Japón en 2002.
La llegada de Ronaldinho provocó un increíble impacto mediático en el Barça. Era el nuevo crack del equipo. Con él, se cerraba un ciclo para dar paso a la época más dorada después del Dream Team. En su primer año aquí no se hizo con ningún título. La plantilla culé se encontraba meramente envejecida con jugadores como Davids, Cocu, Reiziger, Kluivert, Overmars o Luís Enrique. A pesar de ello, se ganó a la afición instantáneamente. Su debut con golazo ante el Sevilla y sus magníficas actuaciones en otros encuentros le sirvieron para convertirse en el futbolista más amado por los seguidores. Tras esta temporada de idas y venidas en la que el Barça acabó como segundo clasificado, vendrían los dos años de auténtico reinado tanto en España como en Europa.
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La 04/05 sirvió al Barça para proclamarse campeón de Liga seis años después manteniéndose líder las 38 jornadas. Ronaldinho siguió creciendo como futbolista. Se marcharon todos los holandeses anteriormente mencionados (Kluivert, Cocu, Reiziger, Overmars, Davids) y otros que no encontraban un sitio en el equipo como Luís García, Quaresma o Saviola. Los fichajes del verano de 2004 serían de un importantísimo peso en el porvenir del club en los siguientes tres años: Belleti, Giuly, Larsson, Deco, Sylvinho, Edmilson y Samuel Eto'o. Ninguno fracasaría. Todos tendrían una enorme importancia en el plantel de Frank Rijkaard. Pero sería Ronaldinho, por segundo año, el auténtico megacrack. Su nivel ascendía como la espuma. Tal fue su explosión, que en Diciembre recibió el Balón de Oro y el Fifa World Player entre otras distinciones como el Onze de Oro. Era el Rey del Fútbol. Tal y como le prometió a su padre, llegó a proclamarse mejor futbolista del planeta. El Gaúcho estaba seguro que desde algún lugar, su padre le estaría aplaudiendo como el que más, lo que le daba más fuerzas y ganas aún para continuar con tan maravillosa trayectoria.
El 2006 tuvo dos caras completamente distintas para el crack. La Liga volvió a ser conquistada con una superioridad aplastante sobre el resto de equipos, Ronaldinho seguía siendo una auténtica apisonadora y el club continuaba creciendo. La actuación del brasileño en el Bernabéu será recordada por siempre. Simplemete, porque el estadio entero aplaudió al unísono a este magnífico jugador de fútbol. También conquistó la Champions League, fue nombrado mejor jugador de la misma, marcó 17 goles en Liga y se presentaba en el Mundial de Alemania como el más temido. Sin embargo, sin saberse por qué, su nivel fue cayendo en picado, y al término del Mundial, todos le señalaban como la gran decepción del mismo. Brasil quedó eliminada en cuartos ante Francia y Ronaldinho afrontaría la Liga 06/07 con la moral bastante baja. Entonces, el Madrid logró ser campeón en 2007 y él, a pesar de haber transformado 21 dianas, se le veía mucho peor en todos los aspectos. Bajo rendimiento, salidas nocturnas, escasa condición física y numerosas lesiones. En 2008 tras una Liga para el olvido, Ronaldinho fue apartado del equipo. Ahora, ya es nuevo jugador del Milan.
A pesar de que su peso aumentase claramente, a pesar de que pareciese que el fútbol le daba igual en los dos últimos años y a pesar de haberse pasado por el forro el código interno del club, desde aquí quería dar las gracias a este jugador que me ha hecho disfrutar como solo lo hizo Zidane, que ha dibujado una sonrisa en los aficionados del Barça, del fútbol. Que sacó del infierno a un equipo que en 2003 no era nadie y que ha sido uno de los jugadores más grandes que ha pasado por nuestra Liga. Habrá un antes y un después con Ronaldinho. Desde mi blog, le deseo toda la suerte del mundo en su aventura por Italia, porque, a pesar de no haber hecho nada bueno por el Real Madrid, estoy seguro de que todos los seguidores blancos lo echarán de menos. A él, a su fútbol y a su eterna sonrisa.
Después de estar en Torremolinos del 7 al 14 de Julio, decidí tomarme el séptimo mes del año al completo para descansar y desconectar. Ahora el blog vuelve a la normalidad. Habrá Supercopa y comienzo de Liga, por supuesto.
Según leo en otros blogs, Paolo Maldini tratará de conseguir el Mundialito de Clubes para retirarse con el buen sabor de haberlo hecho siendo campeón del mundo con el equipo que le vio nacer, aprender, crecer y morir como futbolista. Realmente no sé si esa será la decisión del gran Paolo. Han sido más de 20 años de lealtad a unos colores. Más de 20 años defendiendo sin cansancio la camiseta roja y negra del Milan. En su momento el Real Madrid le ofreció una oferta millonaria para disponer de sus servicios. La rechazó para convertirse en leyenda viva del milanismo. Demostró una y otra vez su amor incondicional por este club.
Quizás no sepa describirlo tal y como fue. Tal vez porque no tuve la oportunidad de verlo en su época más dorada. Lo que sí es verdad esque siempre le admiraré por ser lo que fue. El mejor lateral zurdo de la historia. Reúne las cualidades que cualquier entrenador querría para sus jugadores. Se sacrificaba por el equipo, corría, luchaba, organizaba, mandaba y, sobre todo, jugaba. Resulta extraño hablar ahora de un jugador que debutó en 1985. Además, lo hizo gracias a una lesión del lateral izquierdo titular en aquella época.
Desde su nacimiento hasta el día de hoy, el Milan ha logrado siete Copas de Europa, de las cuáles Maldini conquistó cinco. Siempre tendrá en su corazón la espina de no haber logrado nada con la azurra. Perdió dos finales. Una Eurocopa en el 2000, cuando entre Wiltord y Trezeguet destrozaron sus sueños, y un Mundial en 1994, un Mundial que se llevó el Brasil de Romario en una rácana final y que tuvo que decidirse en la tanda de penaltys tras el 0-0 del tiempo reglamentario y la prórroga.
Ha visto pasar a multitud de grandes futbolistas que iba y venían y que vivirán con el dulce recuerdo de haber compartido vestuario con Il bello. Vivió la reluciente época milanista de los holandeses, el 4-0 al Barça y muchos más partidos de leyenda que quedarán en la memoria de los seguidores rossoneros. Desde Gullit, Rijkaard y Van Basten hasta Ronaldo, Pirlo y Kaka', pasando por Weah, Shevchenko o Clarence Seedorf. Se caracterizó por su temple, su velocidad su anticipación, su capacidad de sacrificio, su inteligencia táctica... es prácticamente el futbolista perfecto.
Aún yo no había nacido cuando Maldini, en una de sus exhibiciones, escogió como víctima de sus marcajes a Miguel Ángel González, Míchel. No pasó ni una. Era imposible superarle. Maldini leía los partidos antes que el resto de futbolistas. Parecía ver hacia donde se iba a marchar el extremo diestro madridista.
A raíz de aquel encuentro, madridista Míchel dijo:
"Soy el presidente de los damnificados de Maldini. La gente se cree que me hace daño recordarlo, pero no, todavía estoy buscando a alguien que lo haya superado. No conozco a nadie. Hace poco, Eto'o jugó de extremo derecho y no pudo con él. Me lo he encontrado de vacaciones en Ibiza y un día llevaba una camiseta con el 8. Entonces le dije: 'Claro, es un homenaje a tus mejores clientes'. Otro día, en la Eurocopa de Bélgica y Holanda, en 2000, me encontré en Rotterdam a su padre, Cesare, que me presentó a su madre y le dije: 'Señora, valiente cabrito trajo usted al mundo'. Me fastidia que le vayan a dar el Balón de Oro por toda la carrera cuando lo ha merecido tres o cuatro veces. Ha sido un jugador espléndido: técnica, físico y tácticamente muy estable. Tan completo que ha evolucionado poco. Es, junto a Puyol, de los pocos que disfruta siendo defensa. Recuerdo un partido en el Bernabéu, de cuartos de final de la Copa de Europa, contra el Milan. Debíamos remontar un 2-0 en contra y, para evitar su milimétrica presión, planteamos un fútbol directo, más agresvio, pero sólo ganamos 1-0. Maldini te ganaba en la banda, te ahogaba en el centro y daba la sensación de que ya había vivido el partido que estaba jugando".
Si no deja el fútbol en activo tras proclamarse campeón del Mundial de Clubes -si lo es-, lo hará a final de temporada. Sus rodillas no dan para más. Estoy seguro de que él continuaría eternamente portando los colores del equipo que siempre amó, los colores de una afición que le recordará de por vida. Tal es así, que su número '3' será retirado y nadie más podrá llevarlo en la espalda, a no ser que continúe la saga de los Maldini. Su retirada será un hito, un hecho trascendental para la historia del fútbol. Parece que nunca llegaría. Se va el mejor. Se va Maldini.
Si por algo se distingue a los grandes jugadores, es por su capacidad de regeneración. Ese sexto sentido que les permite vivir una segunda juventud. Maldini, Del Piero, Zidane en el último Mundial, Nedved, Scholes, Giggs o Seedorf son algunos ejemplos. Pero hoy voy a hablar de alguien en concreto, de alguien que ha ofrecido su carrera futbolística al "cuarto grande" de Italia, de alguien que vive una segunda juventud y que para muchos es el mejor futbolista italiano del momento. Vamos a hablar de Francesco Totti.
Desde muy joven se comenzó a ver su vocación por el fútbol. Su mezcla de la técnica brasileña con el carácter italiano le hicieron convertirse en un futbolista especial, con unas cualidades sobrenaturales. A pesar de sus dotes, su aportación a la Roma a nivel de títulos ha sido prácticamente nula. En la 00/01 ganó su primera, única y última liga italiana. Esta última temporada, la Copa de Italia, mientras que su máximo éxito ha sido el Mundial 2006. Además, tiene la bota de oro de la 06/07 con 26 tantos.
Tan sólo fichar por la Roma con 13 años, el futbolista italiano llama la atención a todos los técnicos y directivos del equipo. Gracias a ello, en la 92/93, con tan sólo con 16 años da el salto y Vujadin Boskov -por aquel entonces entrenador giallorossi- le hace debutar en la Serie A. Totti no marcó su primer gol hasta la temporada siguiente. Poco a poco se fue ganando el cariño de la afición romanista y se fue haciendo un hueco entre los titulares. Ahora la afición le adora, es el líder y nadie se imagina una Roma sin él.
Siempre fue mediapunta/delantero, pero ahora le dejan jugar arriba del todo. Gracias a ello, se convirtió en el bota de oro de la temporada 06/07. Aquí tiene más libertad, y hace lo que mejor sabe: inventar y hacer goles. A pesar de no ser un '9' puro, tiene un instinto goleador abismal, clase e inteligencia. Se ha convertido en el máximo goleador de la historia de la Roma.
Su entrada al Olimpo de los dioses llegó el pasado verano. No hizo un Mundial sensacional, pero se coronó campeón, y siempre cumplió cuando tenía que hacerlo. Más que nada, porque no le tembló el pulso al lanzar ese penalty frente a Australia en el último minuto del partido en octavos de final.
Totti destaca por su capacidad de hacer goles, como ya he apuntado, por su elegancia en la conducción del balón, por su precisión y fuerza para sacar córners y faltas y lanzar penaltys, por su exquisita técnica y por su efectividad de cara a la portería.
Su amor por la Roma ha traspasado fronteras. En su época, el Madrid le ofreció un contrato millonario, y la afición le pedía que se quedara. El amor le tiró más que el dinero, y finalmente se quedó en la ciudad de Rómulo y Remo. Desde entonces la hinchada le tiene aún más cariño, y esque no hay mejor prueba de amor a un club que la de que un equipo venga con una oferta millonaria y un jugador la rechace. Me gustan este tipo de futbolistas. A él no le importó perder quizás la posibilidad de ganar una Copa de Europa, a él no le importó no tener una aún mejor vida. A él le gusta estar allí, porque es donde se siente identificado, porque esa es su casa, porque allí está su sitio.
Desde aquí ofrezco este pequeño homenaje a uno de los futbolistas que más he admirado.
Si alguien me pregunta por el momento deportivo más triste que he vivido, contestaré que ocurrió un 28 de Agosto de 2007.
Por desgracia, estaba para tí. El destino podía haberte "castigado" de otra forma. Una lesión antes del encuentro, una no convocatoria de Juande Ramos... pero no quiso. El destino decidió que jugaras ese partido, tuvieras una parada cardiaca durante el mismo, te desvanecieras, ingresaras en el hospital, y a la postre subieras al reino de los cielos.
Tu enfermedad resultó ser terminal, mortífera, y además de nacimiento. La tenías allá por el 97' cuando, a la vez que el Barça le ganaba la Copa del Rey con un excepcional Figo a tu máximo rival, el Betis, título que tú mismo conquistaste hace poco más de dos meses, entrabas en la cantera sevillista con la ilusión de poder dibujar tus sueños en la realidad. Y así fue. Fuiste creciendo en estatura, pero a la vez como persona y futbolista. Te formaste con Reyes y Sergio Ramos, quienes triunfan ahora en el deporte que más has amado.
No pudiste meterle a la muerte ese mismo gol de volea en las semifinales de la UEFA frente al Schalke 04, ni pudiste hacerle esa jugada maradoniana que nos regalaste en la pasada Supercopa de Europa, y esque la muerte no perdona. Espero que desde el cielo nos veas a todos, y puedas ver a ese Sevilla que cada día va a más. Descansa en paz y sé feliz en la vida eterna. Desde aquí te estaremos recordando siempre, porque tú eres un campeón, tú eres Antonio Puerta Pérez.
El Inter de Milán nunca me cayó bien. Siempre me pareció un equipo que ponía en práctica el 'catenaccio', el anti-fútbol. De éste equipo forma parte Marco Materazzi, mi futbolista más odiado, no sé si por el famoso cabezazo, por el codazo a Sorín, por ambas cosas o por su perfil como futbolista.
El caso esque a los nerazzurros siempre los tuve entre ceja y ceja. Queriendo lo peor para ellos y alegrándome con todas y cada una de sus eliminaciones en la Copa de Europa. El año pasado el Villarreal los dejó fuera de la máxima competición continental con un bonito gol de Arruabarrena. Nunca fui del Villarreal, pero cuando 'el vasco' metió ese gol de cabeza salté del sofá y comencé a dar saltos gritando gol. No sé si me alegraba más por el tanto a favor de los de Pellegrini o en contra de los de Mancini. El total esque a este equipo "no lo puedo ver". Lo más extraño de la cuestión esque tengo una camiseta suya con el dorsal y el nombre de Luis Figo. Es por el luso, no por el club.
A pesar de todo, reconozco que en su plantilla hay muchísimos futbolistas de gran calidad. Unos llegaron por el 'moggi-gate', otros simplemente porque Moratti los trajo. Hablo de Adriano,Ibrahimovic, Recoba, Vieira, Figo, Cambiasso... y un largo etc. Pero sobre todo hay un futbolista que me llama muchísimo la atención. Ya es veterano, bastante veterano; también es muy conocido en su país y en Italia, vino hace doce años procedente de Banfield. Cuando llegó a penas contaba con 21 años, tenía poca experiencia en el mundo del balompié y venía con unas ganas tremendas de triunfar. Su nombre es Javier Adelmar Zanetti.
Tan sólo llegar demostró su jerarquía dentro del terreno de juego. Se hizo con un nombre en el deporte rey por sus famosas subidas por la banda para después regresar a su posición sin perder ni una gota de sudor. Resistente al máximo. 'El tractor' como es llamado por su potencia en carrera y su velocidad reúne en su palmarés con el Inter la Copa de la UEFA de 1998, los scudettos 2005/2006 -el llamado título del honor, que le retiraron a la Juve por la corrupción de sus directivos- y el de este año, 2006/2007, que sin la Juve y con el Milan "en fuera de juego" estaba cantado que acabarían campeones. También posee las Supercopas italianas de 2005 y 2006.
Javier Zanetti es el símbolo de la afición nerazzurra, el ídolo. Se ha ganado su cariño a base de carácter, fuerza, pundonor, técnica, goles, garra y sobre todo fútbol. A pesar de sus 33 años (este año cumple los 34), sigue aportando a su equipo lo mismo que aportaba hace años. Siempre ha jugado de lateral derecho. Éste año, con la llegada de Maicon a las filas interistas ha jugado varios partidos en el interior derecho, causándole así menos obligaciones defensivas y más libertad en sus subidas.
Otro de sus fuertes son sus magníficos centros con ambas piernas, especialmente con la derecha. Ha dado muchas asistencias de gol a lo largo de su carrera gracias a la precisión que tiene colgando balones. También ha demostrado tener un potentísimo y colocado disparo con las dos piernas. Ha marcado varios golazos desde lejos gracias a esta virtud. Me sorpredió el año pasado en los cuartos de la Champions con el Villarreal como subía y bajaba con la misma rapidez. Le causó más de un quebradero de cabeza a su compatriota Sorín por su velocidad y su fuerza.
Se perdió el pasado Mundial de Alemania simplemente porque Pékerman le descartó, prefiriendo a otros futbolistas más jóvenes como Nicolás Burdisso. Disputó los Mundiales de 1998 y 2002, en los que ninguno pudo ser campeón. Nunca ganó nada con la absoluta argentina, exceptuando los Juegos Olímpicos de Atlanta 96.
Desde aquí rindo este homenaje al para mí uno de los mejores laterales derecho que nos ha dado toda la historia del fútbol, y el mejor argentino. Está a punto de retirarse y ya sondeó la idea de marcharse a jugar de nuevo a Argentina.