En el minuto 17', Iván de la Peña sacó un córner que atrapó sin problemas Palop, el meta sevillista sacó rápido en largo para Adriano, que tras superar en potencia y velocidad a David
García de una forma estrepitosa, dio un leve giro hacia adentro para que, con la derecha, su pierna mala, la colocara a un palo con la tranquilidad del que sabe que le sobra técnica. El Sevilla se ponía por delante pero al Espanyol aún le quedaba mucho tiempo para reaccionar y para darle la vuelta al marcador. Siguieron las ocasiones, los remates, los centros y las llegadas al área de ambos equipos. Diez minutos después del tanto de Adriano, llegó el empate del Espanyol en una buena jugada de Riera por la izquierda que, tras recortar a Dani Alves, le pegó duro abajo, el balón pegó en el lateral brasileño del Sevilla para que se convirtiera en inútil la estirada de un Palop que llegó a rozar el balón con la yema de los dedos. Ese 1-1 en el marcador permitía soñar al Espanyol y que los nervios comenzasen a brotar en las carnes sevillistas.
Con el transcurso del partido, el Espanyol llegaba en mayor grado con las internadas de Raúl Tamudo y las incorporaciones al ataque del lateral David García. El danés Poulsen, que completó una grandísimo partido, estuvo en todas partes destrozando las jugadas de ataque de los blaquiazules. Acabó la primera mitad.
Al comienzo de la segunda, Juande intentó refrescar un poco su ataque con el cambio Maresca-Jesús Navas. El sevillano se internó varias veces por su banda derecha causándole problemas a David García y al resto de la zaga espanyolista.
El Espanyol intentaba acercarse a los dominios de Palop mayoritariamente meidante saques de esquina y lanzamientos de falta. El Sevilla, por las bandas, con la velocidad, los amagues y los centros de Navas por la derecha y Adriano por la izquierda.
En el 55', el entrenador espanyolista dejó de fabricar juego por las bandas quitando a Rufete y introduciendo al "rifle" Pandiani, para ver si conseguía ponerse por delante con este delantero de garantías.
En el 67', Alexander Kerzhakov comenzó a cabalgar directo a la portería de Gorka Iraizoz, y Moisés, amonestado anteriormente, en un intento desesperado de que el serbio no siguiera con el balón, le entró por detrás, una entrada más que merecedora de tarjeta amarilla. El Espanyol se quedaba con diez y desde ahí el partido comenzó a caer más del lado sevillista que del periquito. Debido a que, con la expulsión de Moisés, el Espanyol perdio un futbolista de corte defensivo, Valverde se vio obligado a retirar del campo a Raúl Tamudo para dar entrada a Lacruz. El partido prosiguió con más ocasiones del Sevilla que del Espanyol, por culpa en gran parte de la expulsión del mediocentro blanquiazul.
En el 82' Gorka Iraizoz salvó las esperanzas del Espanyol con una mano milagrosa a contrapié tras un remate de cabeza de Kanouté desde el área pequeña.
En el 86', Valverde decidió sacar del campo a otro de sus futbolistas clave, Iván de la Peña, para dar entrada a Jonatas, otro que sería muy importante para las ilusiones periquitas.
Acabó el partido con empate en el marcador de 1-1, y se llegó a la prórroga.
La prórroga comenzó y terminó como lo hizo el encuentro. Con un Sevilla mucho más entero, pero con un Espanyol que sacaba jugadas de peligro hasta de debajo de las piedras. Un minuto antes de que concluyese la primera parte de la prórroga, llegó el gol de Kanouté desde el área pequeña, tras recibir un centro raso de Jesús Navas, el delirio de la afición sevillista y la impotencia de la espanyolista.
Ya en la segunda parte de la prórroga, con la afición del Espanyol pensando que si marcaban era más por milagro que por méritos propios, explotó la euforia contenida por todas las personas que ayer iban con el Espanyol: jugadores, entrenador, aficionados, directivos... con un golazo de Jonatas desde fuera del área con un disparo lleno de fe que no alcanzó a atajar Palop.
Y sin más sobresaltos ni en el marcador ni en el campo, llegó la temida tanda de penaltys, una lotería del fútbol en la que gana el equipo que cree que puede ganar y el que lanza con más fe y sobre todo precisión cada uno de los tiros desde los once metros.
Ocurrió lo mismo que ocurriera hace ya bastantes años en Leverkusen, cuando el Espanyol metió un penalty y falló tres, con un Palop en plan estelar, siendo el héroe de la noche.
El Sevilla marcó todos sus lanzamientos exceptuando el de Daniel Alves, que lo lanzó a la grada. Y por parte del Espanyol, tan sólo convirtió en lanzamiento Walter Pandiani con un potentísimo disparo con la derecha. Marc Torrejón asumió la responsabilidad de chutar el penalty que dejaba al Espanyol sin Copa de la UEFA por segunda vez en la historia, una historia europea que ha sido demasiado cruel con este club.
La alegría en la capital hispalense: El Sevilla se ha dado hoy un baño de masas en medio de la multitud de seguidores que
esperaban espectantes a los héroes de la final. El correspondiente autobús con el paseo por la capital, paseando a la plantilla y a la Copa, con el presidente José María Del Nido como un jugador más. La afición sevillista se lleva su segunda Copa de la UEFA en su historia a casa para alegría de sus jugadores y de sus aficionados, una afición que cada día crece más y un club que también va subiendo como la espuma.
La tristeza en Barcelona:
El Espanyol pierde su segunda final de UEFA en la historia y tendrá que esperar hasta disputar
de nuevo esta competición para primero alcanzar la final y luego conquistarla. Los periquitos nunca se vieron doblegados por el Sevilla a pesar de la condición que tenían de favoritos los de Juande. A pesar de que soy andaluz, me hubiese gustado que este club acabara campeón. Más que nada por callar un poco a Del Nido, también por aquella final de Leverkusen, y porque el Sevilla ya posee este trofeo. A pesar de todo, enhorabuena al Sevilla.