Cuando ayer Turquía abrió el marcador ante Alemania con un gol más tonto que pegarle pellizcos al agua (?), decía Carlos Martínez que la fe es la mejor gasolina que existe. Con Alemania eso no vale. Turquía se presentó a las semifinales de una Eurocopa y ante un rival como los germanos con diez bajas entre lesionados y sancionados. La más significativa, la de Nihat por lesión. Y esque, al fin y al cabo, los alemanes casi siempre ganan. En cuartos, un gol de Ballack con clarísima falta sobre Paulo Ferreira les sirvió para colarse en semifinales. Ayer, dando una imagen vergonzosa, se metieron en la final. Porque realmente no se puede pasar con menos. Yo aplaudo a Turquía por el partidazo que hicieron, con futbolistas jugando en una posición totalmente desconocida para ellos y con la ausencia de su emblema y capitán.
Se preveía un partido fácil para los teutones. Las nombradas bajas y la notable superioridad parecían que convertirían el encuentro en una pachanga para lo hombres de Löw. Esos hombres de Löw sí que jugaron como si se tratase de una pachanga, sólo que los turcos no quisieron seguir su tónica y prefirieron ponerse serios a dejarse vencer fácilmente. Tal fue la relajación alemana que tras un varias ocasiones de gol -incluso un chutazo increíble al larguero- de Turquía, llegó el tanto tonto. Kazim Kazim hace una media chilena que se estrella en el larguero y Boral recoge el rebote metiendo el balón entre las piernas de Jens Lehmann. Poco duró la alegría. Apenas cinco minutos después, en la primera llegada alemana en todo el partido, Schweinsteiger ponía las tablas en el luminoso con un toque de muchísima calidad. Klose hizo el segundo para los suyos con la penosa ¿intervención? de Rustu que estuvo totalmente desacertado durante todo el duelo. Semith Senturk desató la locura de Turquía cuando a cinco del final sorprendió a todos con un buen gol tras una bonita jugada de Sabri por la derecha. Entonces Lahm hizo el tercero para los suyos para poner orden y seguir la regla alemana. Hagan lo que hagan, ganan.
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Fue algo vergonzoso ver a los chicos de Löw andar por el terreno de juego mientras que los de Fatih Terim se desvivían luchando por el balón en todas y cada una de las jugadas. La empanada de Rustu y la suerte alemana sirvieron para que Ballack y compañía se colasen en la final de Viena del domingo. Esa final en la que debemos meternos hoy. Para mí, Turquía es el auténtico vencedor en este partido. Lo que parecía una utopía estuvo a punto de lograrse. Se comieron a los alemanes, no hay más. No sería justo que Alemania fuese campeona de Europa, porque, realmente y recalco porque me siento indignado, no se puede pasar con menos.
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Etiquetas: Eurocopa 2008
2 comentarios:
Alemania juega a ráfagas, a latigazos. Si acierta en varios latigazos o te embriaga en alguna ráfaga, date por muerto. Después, es un gigante con pies de barro, porque defensivamente hace aguas y no tiene salida de balón. Pero siempre están, por algo será ...
Eso sí, los mismos alemanes nos demostraron que sí es posible pasar con menos aún: recordemos el Mundial 2002 ...
Si Alemania no juega a nada, pero son prácticos. Son un equipo que sin nada están ahí... y con un poco de suerte saldrán campeones...
Espero que España les demuestre lo que cuestan las cosas!!!
Un saludo
www.dedomingoadomingo.com
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