El Mundial de Corea y Japón 2002 fue muy especial para mí. No estoy seguro si porque fue el primero que presencié con dos dedos de frente o porque como era tan pequeño -tenía ocho años- pensaba que íbamos a ser campeones. Teníamos un grandísimo equipo. Me daba la sensación de que nadie era superior a nosotros. Con la tanto inverosímil como inesperada lesión de Cañete, Íker Casillas logró hacerse aun más grande defendiendo la portería de la selección. En la defensa, el capitán Fernando Hierro se situaba con Puyol, Romero o Juanfran y Helguera. Mendieta, Joaquín, Luque, Morientes, Valerón y el mejor Raúl, entre otros.
La fase de clasificación la superamos como primeros de grupo, doblegando sin problemas a Sudáfrica, Eslovenia y Paraguay, venciendo en los tres partidos, anotando nueve goles y recibiendo cinco. El grupo pintaba a priori bastante inferior, y así se pudo observar en la superioridad mostrada por España en todos los partidos. Con Sudáfrica nos costó un poco más, pero al final vencimos por 2-3.
Los octavos de final fueron de lo más emocionantes. Nos enfrentábamos a Irlanda. También debíamos pasar. Teníamos una mejor plantilla tanto en calidad como en mentalidad. Fernando Morientes nos adelantó con un gol tempranero. Irlanda desaprovechó un penalti durante el transcurso del encuentro, pero el colegiado les dio una segunda oportunidad ya con el tiempo de partido cumplido. Esta vez Robbie Keane no falló y estableció el 1-1 en el luminoso. Había visto clasificada a España, pero con este tanto me puse bastante más nervioso y comencé a imaginarme una eliminación en octavos. Sin embargo, mantenía intacta la ilusión por ver a una España campeona del mundo.
La prórroga, aunque intensa, transcurrió sin que se moviese el marcador, y se llegó a la tanda de penaltis. Bendita tanda de penaltis. Ahí descubri plenamente a Íker Casillas. Disfruté como lo que era, un enano. Íker paró dos, y uno que Holland lanzó fuera. Juanfran y Valerón también erraron, pero los goles de Hierro, Baraja y Mendieta y las magníficas actuaciones de Casillas nos llevaron directamente a los cuartos de final, los de siempre. Un año más nos enfrentábamos a esa ronda maldita. En frente, Corea, anfitriona y peleona, pero con jugadores de un nivel a años luz del de los nuestros.
El partido fue un escándalo. Italia ya había denunciado una mano negra a favor de los locales, y España lo notó conforme avanzaba el encuentro. Corea trataba de hacerse con el control del juego, pero era España la que más peligro creaba. Joaquín estuvo sencillamente espectacular durante todo el partido, y los coreanos solo podían pararle -si le paraban- con entradas violentas.
El mal arbitraje del colegiado egipcio Al Gandhour se palpaba en los fueras de juego, en los balones divididos y en las faltas. Pero el tanto anulado fue la gota que colmó el vaso. En una de las internadas por la derecha del extremo portuense, puso un centro perfecto a la cabeza de Morientes que acabó en el fondo de la portería y que el línea anuló porque según él el balón había salido por línea de fondo en el momento del centro. Comencé a desesperarme. Aún no conocía bien del todo el fútbol y, como es lógico, no me imaginaba que podía haber una mano oscura en un Mundial. Así fue, y tras un espectáculo de errores arbitrales, llegamos por segunda eliminatoria consecutiva a la tanda de penaltis.
En esta ocasión Casillas no estuvo tan acertado de cara a los disparos coreanos, que todos acabaron dentro de la portería. Además, Joaquín, después del partidazo que consiguió hacer, fue el que erró el único penalti español que no terminó en el fondo de la red.
Cuando ví que Lee Woon Jae detenía el lanzamiento del joven extremo bético me acordé del partido frente a Irlanda y de las manos de Casillas. Sin embargo... no pudo ser. Hong lanzó fuerte arriba y nuestro guardameta no pudo hacer más que ver como el balón se colaba en un segundo.
No me lo podía creer. Estábamos eliminados del Mundial. Después de haber sido infinitamente superiores a los coreanos, sentía que nos habían echado los árbitros. La imagen de un Helguera desquiciado empujando y gritándo al árbitro nunca se me borrará de la memoria.
Fue entonces cuando comprendí que en el fútbol no todo es deportividad, y que hay muchas personas que tratan de estropearlo aunque sea jugando con las ilusiones de miles de aficionados.
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* De nuevo he estado más de una semana sin dar señales de vida. Pido mil disculpas, pero esque la vida de estudiante y deportista es más ajetreada de lo que parece. He conseguido sacar un poco de tiempo para escribir al menos este post.
8 comentarios:
Maldito partido contra la anfitriona jaja 3 goles anulados ... bua en la vida me sento tan mal ver caer a españa en un partido.
En un Bar de mierda viendo el partido vi a un amigo que se iva a la playa!!
el momenot mas grande de españa despues de tanto tiempo y habia gente k no lo veia...
la tanda de penaltis de casillas fue magistral.
Puff...yo tenía los mismo años que tú , 8 y no me olvido de ningún minuto del partido...
Los goles anulados , la mierda de arbitraje...joder
Recuerdo ese partido como si fuese ayer, todavía recuerdo la cara de Joaquín al fallar el penalty.
Saludos
Tiene mérito que te acuerdes. Más o menos con la edad que tu tenías entonces, disfruté yo de mi primer acontecimiento grande, la Eurocopa'88, con la Holanda de Van Basten &cía.
Es que estudiar en Oxford y jugar en el Madrid es una vida dura, y luego con las convocatorias nacionales y tal... holgazán.
Ese mundial debió ser nuestro. Nadie fue mejor que nosotros. Teniamos un equipo compensado en el que cualquiera podía hacerlo bien y el mejor seleccionador que he visto nunca y que espero que vuelva. Yo me acuerdo tb de otros, sobre todo de Diego Tristán. Era el mejor delantero de Europa y se tenía que comer el mundo. A partir de ahi, vino su declive.
España debio ganar el Mundial aquel año. Yo recuerdo que fue cuando empezo a gustarme el futbol, tenia 10 años. Eso y Oliver y Benji fueron los que me llevaron a jugarlo en el colegio. Llore despues de los penaltis, pero casi no conocia a los jugadores. Tan solo a Casillas, Raul, Mendieta y algun otro. Desde entonces el futbol me mueve
Yo estaba en el Colegio Mayor, en Madrid, y fue el Mundial del que pude ver menos partidos: no había tele digital, los partidos eran por la mañana y había exámenes.
Mal recuerdo por todos lados, jeje.
Jajajaja que cabrón el Javi. A mí también me pasa xD.
Yo estaba en casa, como un campeón, levantandome a las 8 de la mañana. Vaya robo. Aunque no hubiéramos ido a ningún sitio la verdad.
P.D: Votos para Blog del Mes!!!!!!!!!!!
Un abrazo Álvaro.
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