Este no es el Dépor que yo conocí. Cuando empezó a gustarme el fútbol, el Deportivo de la Coruña ya era el cuarto grande de España. Disputaba competiciones europeas y mantenía una lucha cerrada cada año con Madrid y Barcelona por el título de Liga. Además, fue capaz de darle el centenario al Madrid en la final de la Copa del Bernabéu de 2002.
A pesar del 8-3 que recibieron en Mónaco en 2003, el equipo siguió adelante y ese mismo año se quedó a las puertas de la final de la Champions por un penalti que Molina estuvo a punto de detener frente al Oporto.
Mezclaban juventud con veteranía y clase. Mauro Silva destrozaba el juego rival para dar ritmo al de su equipo. Fran, con más clase que rapidez, cabalgaba la banda y era un peligro constante para la portería contraria. Diego Tristán era uno de los mejores goleadores de Europa y Luque estaba en la cima de su carrera. Valerón era un jugador de dibujos animados. Mi padre llegó a apodarle "el Zidane español". Sergio dotaba de consistencia y calidad el medio campo, Víctor se incorporaba por la derecha, Naybet y Andrade formaban un defensa sólida y contundente y Molina, el cual por esa época superó un cáncer de testículo, nunca defraudaba con sus actuaciones. En 2003 se marchó Makaay y se perdió a uno de los símbolos y los ídolos de la afición.
Recuerdo a la perfección aquella remontada frente al Milan en Riazor, y la alegría de Pepe Domingo Castaño y los suyos narrando el partido en la Ser.
A la temporada siguiente, echada a rodar en 2004, el Deportivo comenzó el declive del que aun no ha logrado recuperarse. Fueron eliminados de la Champions con dos puntos y ni un sólo tanto a favor. En Liga, octavos. Ni Champions ni Uefa, ni tan siquiera Intertoto. Además, la Copa se la llevó el Betis.
Otro año, otro fracaso. Tan solo disputando Liga y Copa del Rey, repitieron posición en la tabla. Las cosas iban de mal en peor. Comenzaban a marcharse futbolistas de primer nivel. Los emblemas, Mauro Silva y Fran, decidieron dejar el fútbol y el Dépor quedó vacío en corazón. Entonces Augusto César Lendoiro dio rienda suelta a su política de traer jóvenes valores que a la postre no llegan a nada en esto del fútbol. Encima de todo, Valerón comienza su calvario de lesiones de rodilla. Nada puede ir peor.
Es por eso que pienso que si se fuera Lendoiro y viniese un comprador que gestionase bien el club e hiciera lo que hay que hacer, este Dépor podría volver a donde merece, podría volver a la élite.
- Principal problema, el presidente, Augusto César Lendoiro. Con razón canta la afición deportivista "Lendoiro, bájate el sueldo" cuando las cosas pintan o van mal. Tan sólo Andrés Guardado se salva de la lluvia de patéticos fichajes que ha llevado a cabo la directiva blanquiazul, siempre tratando de gastar lo menos posible y de invertir en promesas que, como he señalado, rara vez llegan a algo. Los Arizmendi -que a pesar de que no me gusta nada ha jugado ya en Atlético, Dépor y Valencia-, Aythami o Taborda, desde mi punto de vista, no son jugadores con verdaderas cualidades para poder triunfar.
Mi idea sería traer al menos una estrella medio consagrada cada temporada, como esta con Guardado, que aunque no está consagrado, lo está haciendo bien aquí en España. Después, se podría intentar traer jóvenes desconocidos o semidesconocidos, para cederlos a equipos más pequeños de España, del extranjero o de segunda división para que fuesen tomando experiencia y que volviese hecho un gran futbolista. Además, como es lógico, de incorporaciones normales. Ni estrellas ni promesas.
.
- Comprar jugadores, no tomarlos prestados. Para construir un bloque sólido, es mejor tener jugadores en propiedad que cedidos. Si pides un futbolista cedido por una temporada, a la siguiente se va, y comienza a desestabilizarse el grupo. Lo ideal sería formar una escuadra que se lleve jugando junta al menos cuato años, para que logren compenetrarse a la perfección más adelante. Un ejemplo de lo que no se debe hacer es el del Xerez. Al menos 8 futbolistas cedidos por un año que a la temporada siguiente se marchan. ¿Es posible crear así un equipo grande?
- Evitar tensiones entre los futbolistas, y que el vestuario sea una piña. En una temporada en la que el principal objetivo es sin duda la permanencia en la división de oro, lo único que hace falta es que los futbolistas no se lleven bien entre sí. Y si ya se parten la cara unos a otros, mucho peor. Es lógico saber de lo que hablo. Munúa destrozó prácticamente el ojo a Aouate por unas declaraciones del israelí en las que solo alegaba que piensa que debe ser él el titular. Son acontecimientos que nunca deben ocurrir, y que sin duda hacen tambalearse al equipo. Claro está que si el equipo va mal y se lleva mal, su destino es hundirse en el pozo de la segunda división.
- Que Valerón vuelva a tomar confianza. Realmente dudo mucho que Valerón llegue a ser la mitad de lo que fue. Incluso pienso que debía haber dejado el fútbol cuando sufrió las lesiones. Si vuelve a jugar pero se arrastra por el campo porque su rodilla no da para más, muchas personas le recordarán tan solo por lo que hizo al final de su carrera, es decir, nada. Sin embargo, si lo hubiese dejado cuando se malogró, la gente le recordaría como el gran futbolista que fue. A pesar de ello, Riazor nunca olvidará al "Zidane español". Si vuelve a parecerse al Valerón que deslumbró hace años, este Dépor habrá ganado mucho. Realmente era él quien hacía jugar a su equipo.
- Que en general todos los veteranos saquen pecho y sean los auténticos líderes. El mismo Valerón, Sergio, Munúa, Aouate, Coloccini, Manuel Pablo, Lopo... creo que deben ser los más experimentados los que tiren del carro y se sacrifiquen por el equipo para lograr mantenerlo en primera.
Si se cumpliese todo eso y la suerte estuviese del lado gallego, este equipo se salvaría esta temporada y podría volver a ser un grande. Sobre el entrenador, pienso que debería tener más presencia y mano dura con su vestuario.
.
*Abajo dejo la clasificación del blog del mes de Enero.
Seguir leyendo...
Volver al resumen
Etiquetas:
Equipos,
La Liga